Lo pasado ha quedado atrás,
Mi reloj armoniza con la vida.
Abro los ojos del alma,
Escucho el rumor del viento.
Observo el universo,
Nos miramos con la complicidad de los amantes.
La calma regresa con el rojo del ocaso,
Me pierdo en una melodía.
Los caminos se despejan,
Las posibilidades son infinitas.
Los desiertos se convierten en verdes praderas,
Los mares en fuentes de aguas cristalinas
La verdad me libera,
Es tiempo de despertar,
Tiempo de la jornada del alma.
El tiempo es ahora…
روتزه
Mi deseo es tan grande que duele.
Quisiera asfixiar este fuego en tu cuerpo
Esculpir mi alma en tu cálida piel,
Rendirme a tus encantos.
Pero, entonces entiendo que corro el riesgo de perderte.
روتزه
Me tomaste en tus brazos como quien toma lo que es suyo por derecho.
No pudiste contener tus deseos…
Te miré con incredulidad pero con cierto deseo.
Casi suplicaba por aquel beso anhelado.
Te apoderaste de mis labios, atrapando mis sueños en tu boca.
Hicimos el amor en un beso prometido.
Llegando al éxtasis de la pasión con el desenfreno de nuestras bocas.
روتزه
Si hay algo que enloquece mis sentidos, es aquella forma de expresar tus deseos en palabras.
Frases subliminales cargadas de los más intensos placeres.
Como miel en tus labios y el elixir del fruto prohibido que provoca.
Si hay algo que debo confesar es que tus palabras hacen que me pierda en un mundo de intensas sensaciones…
روتزه
… Estaba escrito que tu alma y la mía se encontrarían a través del tiempo en la eternidad.
Estaba escrito que estaríamos bajo el hechizo del fuego de la pasión.
Estaba escrito nuestro encuentro porque nadie escapa de los designios del destino.
Estaba escrito en el lenguaje de los sueños, porque nuestro amor es tan grande como la inmensidad del desierto…
روتزه
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Maktub – Natacha Atlas
*Maktub: Estaba escrito
Se me va la voz
y me callas con tus besos
Con sabor a inmensidad.
Se me va el aliento
Pronunciando tu nombre.
Me callas con esa lengua extranjera
Que me eriza la piel…
Con tus labios narcóticos
Que saben a mí.
Y mis labios delirantes
Que saben a ti.
Dulce agonía, me condenas.
Delirante entre tus brazos,
Con un susurro ahogado
Se me va la voz…
روتزه
Tambores resuenan al compás del vaivén de caderas, ante la atónita mirada del príncipe de arenas. La dama de la noche observa a la mujer del velo, danzando como cobra seduciendo a su presa.
Arqueo de caderas y brazos serpentean, cautivando al caballero de oriente. El ritmo de la melodía aumenta y un velo desliza dibujando las curvas de una ninfa. El viento seducido por la odalisca, enreda los oscuros cabellos trenzados en hilos de oro.
Cruce de miradas, duelo de fieras, y un vientre ondula al unísono de la exótica sinfonía arabesca. Brazos que alzan rindiendo homenaje a la luna… La ninfa parece volar.
«Entre dos mundos me encuentro, en mis venas llevo parte de ti, parte de mí. Dos culturas opuestas, un solo corazón y un solo sentimiento».
روتزه
Harem – Belly Dance
Hay melodías que producen sentimientos encontrados, y transportan a un mundo de sensaciones.
Hay aquellas que me dejan escuchar susurros entre sábanas blancas y producen caricias de un amor prohibido.
Sonidos que envuelven y divagan con el viento. Lentos y suaves.
Como cuando tus dedos se enredan en mis cabellos, y tus ojos fuego líquido me quemaran como tantas veces.
Hay melodías que simplemente nacen del alma para recordar esos amores que quedaron atrás y que permanecen en algún lugar de mi alma para evocarlos en forma de dulces recuerdos.
Dicen que recordar es volver a vivir, y cada vez que escucho aquella melodía, vuelvo a evocar cuando el fuego tenía un nombre, una mirada y un cuerpo que quemaba.
روتزه
Rotze Mardini 